Valencia de Alcántara, 28, 29 y 30 de noviembre de 2025.
Existe una evidente necesidad de reivindicar el acompañamiento técnico a los jóvenes en el medio rural, por parte de la clase política y de las administraciones públicas, que debe traducirse en un aumento de la financiación para políticas juveniles, que se concrete en el fomento de la educación cívica y a la creación de perfiles profesionales en el medio rural, tales como el profesional de juventud y el gestor cultural del medio rural.
La juventud del medio rural extremeño demanda formulas fiscales adaptadas a la idiosincrasia de nuestros pueblos, que sirvan para combatir el proceso de despoblación, sirva como ejemplo el ensayo de fórmulas como el doble empadronamiento o la responsabilidad social multinivel, que nos hagan tomar partido de las decisiones que nos atañen.
Debemos integrar nuevas fórmulas de participación social en las estructuras juveniles a partir de metodologías activas como el aprendizaje-servicio, el design thinking o el modelo aprender haciendo (learning by doing) que fortalezcan la presencia de la población joven en la resolución de los problemas que afectan al medio rural vinculados al reto demográfico.
La juventud rural tiene la posibilidad de explorar nuevos modelos de convivencia en las pequeñas comunidades, a partir de las identidades de las personas que llegan a nuestros pueblos, tales como la descolonialidad, la esquizogénesis o las masculinidades responsables, es por ello que debemos de hacer partícipe al resto de la sociedad de estas nuevas formas de convivencia interculturales, a partir de campañas de sensibilización.
Las personas jóvenes del medio rural defendemos la democracia y sostenemos firmemente que el ultranacionalismo, la ultraderecha o cualquier otra fórmula que ponga en el peligro el estado democrático nunca serán la solución a los problemas de la juventud al acceso al mercado laboral o a la vivienda.
Demandamos un aumento de los presupuestos destinados a las políticas juveniles de todas las administraciones públicas y exigimos cambios en la legislación que impliquen la flexibilización en la creación estructurales juveniles, que puedan constituirse como espacios deliberativos autónomos, poniendo el énfasis en lugares en los que se visibilice la realidad juvenil y los colectivos dispares.
Estamos ante un cambio de época, en una escalada de la beligerancia mundial entre bloques, dentro de un contexto geopolítico que exige de la sociedad migrar desde el concepto del yo al concepto de nosotros, que debe ser liderado por la población joven para alcanzar un cambio de paradigma en las generaciones jóvenes.
Es necesario explorar el concepto de capital social con el fin de construir ecosistemas de conocimiento en el medio rural, en los que todos los agentes relacionados con el desarrollo y la sostenibilidad de nuestros pueblos estén conectados entre sí.
Tenemos que seguir luchando por la igualdad entre hombres y mujeres y romper con los privilegios históricos que mantienen los hombres, que se hacen más evidentes en las sociedades tradicionales, reforzando que el medio rural sigue vivo gracias fundamentalmente al trabajo arduo de la mujer rural a lo largo de la historia.
Necesitamos luchar contra el aislamiento al que se ha sometido a Extremadura a lo largo de la historia y que ha contribuido de manera determinante al proceso de despoblación de nuestra tierra, es por ello que no nos cansaremos de reivindicar unas comunicaciones dignas, adaptadas al siglo XXI.
Debemos combatir el síndrome de la paloma, que se traduce en quedarnos con las migajas en los presupuestos municipales, provinciales, autonómicos y nacionales, tanto en las políticas juveniles, como en las políticas que afectan a Extremadura en cualquiera de sus ambitos, es por ello que debemos de alzar la voz al grito de que reivindicar Extremadura es tarea de todos y todas.
Es fundamental exigir el derecho al arraigo de las personas jóvenes que anhelan permanecer en nuestros pueblos y para ello es necesario establecer las condiciones necesarios que garanticen el desarrollo de proyectos de vida, reclamando de las distintas administraciones una gobernanza multinivel que ponga el acento en aquellos personas jóvenes que quieren fijar su residencia en nuestros pueblos, como garantes del futuro de los mismos a partir de un principio de equidad que corrija desigualdades territoriales históricas.
Por todo ello, demandamos de las distintas administraciones públicas políticas y presupuestos que garanticen el desarrollo del talento de las personas jóvenes del medio rural, que al mismo tiempo posibiliten retener este talento y que también generen las mejores condiciones para retornarlo, como fórmula que contribuya a fijar población en el medio rural.
Por último, no podemos olvidar que en el medio rural está fuertemente envejecido y que debemos aprovechar esta compleja realidad como recurso para la conexión intergeneracional y que más allá de las posibilidades socioeconómicas que ofrece la economía plateada, sirva para preservar nuestra cultura de la que cada día nos sentimos más orgullosos y orgullosas.
